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EL GEM pide a la ciudadanía de Almería que tomen urgentemente partido ante el cambio climático

La comunidad científica internacional lo tiene claro: el planeta necesita nos tomemos en serio la amenaza del cambio climático. Las alarmas están encendidas desde hace ya varios años, pero ni nuestros gobernantes ni la gran mayoría de la población parecen querer asumirlo. Es mejor, se supone, mirar para otro lado y mantener la locura hasta el fin.

En esa batalla para tener futuro las evidencias empiezan a acumularse de forma machacona: el cambio climático derrite los casquetes polares y en Almería las playas, esas de las que sentimos tanto orgullo, retroceden y en muchas áreas pueden desaparecer. Las lluvias son cada vez más infrecuentes y la guerra por el agua vive sus primeras batallas en las que las pequeñas explotaciones agrícolas y poblaciones pierden frente a las grandes entidades que más consumen este recurso.

El agotamiento de los pozos y la explotación salvaje de los recursos naturales en muchos puntos del planeta provocan enormes movimientos migratorios en busca de un pedazo de la vida que a millones de personas se les niega en sus países de origen. Y también de eso sabe mucho Almería, tierra de acogida y de convivencia, pero no suficiente para poder ofrecer una vida digna a todas las personas, ni siquiera a sus propios habitantes.

El deterioro de la tierra que nos cobija suma amenazas; el desierto y la desertificación, la sequía cada vez más real, el agotamiento de los acuíferos que han sustentado un envidiable desarrollo agrícola, la salud de los que vivimos en esta provincia, desde una atmósfera que se ensucia y nos ensucia, por dentro y por fuera, a las aguas que bebemos, los alimentos que comemos, el sol que nos calienta, pero que cada vez llega con mayor fuerza, vencida la barrera de una atmósfera debilitada.

Los plásticos invaden nuestras vidas, nuestros mares, los vertederos, las calles y los organismos vivos, hasta convertirse en otra de las más graves amenazas para el mantenimiento de una vida que queremos saludable, pero en la que se nos cuelan poco a poco sustancias nocivas, para añadir un punto de incertidumbre para los años venideros.

Para el Grupo Ecologista Mediterráneo la tesitura es clara: “o cambiamos el mundo o el mundo nos cambiará a la vuelta de unos años”. Y el caso es que aquí no hay ni quien vence ni quien es vencido/as; el problema es de tal magnitud que esos cambios que se anuncian por doquier llegará a todas las personas, tengan conciencia del problema o no.

Dice la comunidad científica, reunida en ese Panel de Personas Expertas sobre el Cambio Climático” que nos quedan pocos años para actuar y revertir esa tendencia canalla hacia situaciones que pueden llegar a ser irreversibles, una década a lo sumo. Y es triste que los cambios, las actitudes y las medidas nos tengan que llegar por imposición de algunos grandes organismos institucionales, mientras nuestro día a día se llena de inconsciencia.

El agujero de la capa de ozono dejó de crecer, y se está cerrando, gracias a que Naciones Unidas decretó el fin de los gases CFC de los aerosoles. La batalla contra los plásticos está liderada por una Unión Europea que se ha hecho eco de las peticiones de los colectivos ecologistas para evitar que el planeta se llene de residuos que son ya una amenaza para la vida de animales, vegetales o el propio ser humano.

Desde el GEM propugnamos que la ciudadanía de Almería ponga en marcha el principio de actuar localmente pensando globalmente y miren a su alrededor, se informen de lo que está pasando con su tierra, asuman que el camino seguido hasta ahora sólo servirá para que la provincia se haga más y más difícil de evitar, y adopten actitudes mucho más activas en la defensa de nuestro entorno y nuestros recursos.

No es hora de mirar para otra parte, ni de mantenernos en una confortable ignorancia que sólo nos llevará a agudizar los problemas. No es posible abstraerse porque los efectos del cambio global están llamando ya a nuestras puertas: playas, lluvias, contaminación por plásticos o atmosférica, mares agotados, tierras improductivas, plásticos cercenando las posibilidades de vida, aire que se vuelve irrespirable, problemas de salud y un largo etcétera debería hacernos reflexionar a toda la sociedad.

Es la hora de actuar, de tomar posiciones, de exigir cada día, cada mes y cada año medidas eficaces para parar esta deriva. El futuro depende del presente y somos las personas de a pie quienes estamos llamadas a tomar partido por ese futuro. La población más joven lo ha comprendido y se han echado a las calles, quizá porque su futuro se ha vuelto negro. Intentemos que a partir de ahora el empuje de la ciudadanía lo vuelva blanco. Es la única forma de ganarle al tiempo

Almería, 25 Junio 2019

GRUPO ECOLOGISTA MEDITERRÁNEO

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