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EL EJIDO DILAPIDA SU PATRIMONIO NATURAL Y DESPRECIA SU RICA BIODIVERSIDAD

El Ayuntamiento está permitiendo la destrucción sistemática de los humedales y la ‘ejecución’ de una extraordinaria avifauna que está en grave riesgo de extinción.

El Grupo Ecologista Mediterráneo ha vuelto a denunciar la destrucción sistemática que se está llevando a cabo en las zonas húmedas de su término municipal, y con ello el hábitat de numerosas especies de aves que, en algunos casos, está en un alto peligro de extinción. Un problema que no es nuevo en absoluto pero que en los últimos meses ha pasado de ser una preocupación a una situación de alarma.

Esos humedales sobreviven rodeados de invernaderos, explanaciones y un continuo trasiego de vertidos de tierras, escombros y residuos que las están convirtiendo en zonas prácticamente inhabitables por parte de las aves que constituyen un ejemplo de biodiversidad que es difícil encontrar en el resto de España y de Europa; un tesoro que, por lo que se ve, no es apreciado por los propios ejidenses y sus instituciones, más preocupados por abrir nuevas áreas de cultivos (pese a la escasez de agua) que por proteger una fauna extraordinaria que, por lo que parece, las estorba.

Desde el GEM denunciamos la existencia reiterada de un doble lenguaje por parte de los representantes políticos e institucionales ejidenses a los que se les ‘llena la boca’ al hablar de sostenibilidad, de eficiencia en la agricultura, pero que hasta el momento han mostrado una absoluta dejación a la hora de proteger estos ricos espacios naturales, fuente de vida, de belleza y probablemente el mejor termómetro de su biodiversidad y de esa sostenibilidad que proclaman pero que no respetan.

Durante años se han multiplicado las denuncias presentadas, acompañadas de datos concretos, de referencias legislativas que deberían ser aplicadas por el Ayuntamiento o por la Junta de Andalucía, en su defecto, de fotografías que muestran bien a las claras lo que está ocurriendo en estas ‘áreas de vida’. Hasta ahora esas demandas no han sido escuchadas y las actuaciones para parar esa sangría natural no han llegado.

Las Charcas de Sotomontes son quizá el mejor ejemplo de ese desastre ambiental tolerado o ignorado por el Ayuntamiento de El Ejido, pero en esa misma situación se encuentran el paraje del entorno de Las Norias de Daza. Allí anidan especies como la Garcilla Cangrejera, la Garcilla Bueyera o los Moritos, todas ellas en riesgo de extinción según el Libro Rojo de las Aves de España, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, actualmente de Transición Ecológica.

Pero más allá de las aves, el relleno inmisericorde de las charcas y lagunas existentes en la zona, además de poner en peligro a especies protegidas, supone un peligro evidente para las fincas colindantes ya que, al estar la lámina de agua en la cota más baja de la zona, cuando llueve se llena, impidiendo que se inunden las fincas de los alrededores, jugando así un papel de ‘balsas de tormentas’. Su rellenado reduce esa capacidad de embalse y aumenta el peligro de inundación. Hechos que han sido también denunciados por los propietarios de terrenos que padecen esos problemas.

Ni esas denuncias, ni las realizadas por el Grupo Ecologista Mediterráneo y por otras organizaciones ecologistas y conservacionistas, como la Sociedad Española de Ornitología, han logrado que el Ayuntamiento ejidense deje de mirar para otro lado o que asuma su obligación legal de atender las normativas andaluzas, españolas y europeas que prohíben la destrucción de estos hábitats únicos.

Por esas razones estamos pidiendo que se ponga fin a una destrucción sistemática de los humedales ejidenses o, en su defecto, que el propio Ayuntamiento deje claro su absoluto desprecio por la legislación ambiental en lo que se refiere a la protección de sus zonas húmedas y la defensa de la avifauna protegida, en cuyo caso exigiremos que renuncie a seguir difundiendo esos mensajes de ‘apuesta por la sostenibilidad’ que son a todas luces falsos e interesados porque sólo tratan de lavar la imagen de unas instituciones que aún no han llegado a entender que la sostenibilidad no se puede sustentar en palabras sino en hechos y actuaciones que, hasta ahora, están muy lejos de la práctica diaria de la Corporación ejidense

Almería, 24 de Abril de 2022

GRUPO ECOLOGISTA MEDITERRÁNEO

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